El informe del Banco Mundial sobre acaparamiento de tierras: más allá del humo y los espejos



GRAIN | septiembre de 2010 | English | Português | français

 

Medium_11
"El panorama general de estos estudios de caso es el fracaso para articular, implementar y poner en efecto regulaciones ambientales," según el Banco Mundial ("Rising global interest in farmland", p.88)

[descargar el PDF]

El informe del Banco Mundial sobre acaparamiento de tierras: más allá del humo y los espejos

El 7 de septiembre, el Banco Mundial (BM) decidió por fin publicar su muy anticipado informe sobre el acaparamiento de tierras a nivel mundial. Tras años de trabajo, varios meses de negociación política y quién sabe cuánto dinero gastado, el informe fue difundido de manera informal en el sitio electrónico del BM -únicamente en inglés.[1]

El informe es a la vez un fracaso y un motivo de desencanto. Todo mundo esperaba que el Banco proporcionara nuevos y sólidos datos obtenidos en el lugar de los hechos, acerca de estas "adquisiciones de tierra a gran escala", para usar su terminología, que han provocado controversia desde 2008. Después de todo, el Banco Mundial ha tenido acceso a los gobiernos y a las corporaciones de un modo que los periodistas o los investigadores de las organizaciones no gubernamentales nunca podrían tener. El banco mismo dice que ésta fue su ambición central. Pero apenas si hay algo nuevo en todo el documento de 160 páginas. El BM dijo que iba a mirar, concretamente, la situación de 30 países, pero únicamente revisa 14. Parece que las compañías se negaron a compartir información acerca de sus inversiones en tierras de cultivo, como lo hicieron los gobiernos que pusieron a disposición las tierras. Así que el BM recurrió entonces a farmlandgrab.org, un sitio electrónico que administra GRAIN, para elaborar una base de datos de todos estos tratos, según los informes de los medios, y envió a equipos de consultores para ver si eran reales o no.[2] ¿No puede el Banco Mundial hacer algo mejor?

Feos hallazgos

Lo que sus investigadores e informantes hallaron corrobora lo que muchos hemos estado diciendo durante los últimos dos años. Sí, desde las crisis alimentaria y financiera de 2008 hay un "enorme" acaparamiento de tierras en curso por todo el mundo y no hay signos de que éste amaine. El Banco dice que los 463 casos que encontró en farmlandgrab.org entre octubre de 2008 y junio de 2009 cubren por lo menos 46.6 millones de hectáreas de tierra y que la mayoría de éstas se encuentran en el África subsahariana. Los reportes en campo validan que 21% de estos proyectos están "en operación", más de la mitad están en el proceso de "desarrollo inicial" y cerca de 70% ya fue "aprobado".[3] El Banco minimiza estas cifras, y las presenta como evidencia de que los tratos para apoderarse de tierras son más un invento que una realidad. Por el contrario, nosotros pensamos que estos datos demuestran que hay muchos proyectos avanzando, y debe haber muchos más pues los datos del Banco son obsoletos, dado que hay muchos nuevos contratos que están ocurriendo todo el tiempo.

Los hallazgos del BM corroboran también lo que otros han estado diciendo acerca del impacto de estos acaparamientos de tierras. Su conclusión general es que los inversionistas se aprovechan de "condiciones de gobierno débiles" y de la "ausencia de protección legal" para las comunidades locales (es decir, donde es frágil el reconocimiento que brinda el gobierno nacional a los derechos de quienes viven en esas tierras), con lo que pueden expulsar a la gente de sus tierras. Además, otro hallazgo es que las inversiones casi no le reditúan nada a las comunidades afectadas en términos de empleos o compensación, por no hablar de seguridad alimentaria. El mensaje que nos queda es que virtualmente en ninguna parte de los países y casos que examinó el Banco Mundial hay algo que celebrar:

Muchas inversiones [...] no pudieron cumplir las expectativas y en vez de generar beneficios sustentables, contribuyeron a la pérdida de propiedades y dejaron a la gente de la localidad peor que antes de las inversiones. De hecho, pese a que se ha hecho el esfuerzo de cubrir un amplio espectro de situaciones, los estudios de caso confirman que en muchas ocasiones los beneficios fueron menos que lo que se esperaba o no se materializaron en lo absoluto.[4]

El BM proporciona una tabla con algunos muy breves resúmenes de los efectos de las inversiones extranjeras en la tierra de cultivo de cinco países. (Ver recuadro). Ésta es una de las pocas instancias en que el Banco se pone a detallar el modo en que estas inversiones funcionan en el lugar de los hechos. La tabla pinta un panorama horrible. Comunidades completas están siendo expulsadas de sus tierras, los trabajadores son explotados, surgen violentos conflictos  (el representante en jefe de una compañía resultó muerto), los inversionistas quebrantan leyes e incumplen promesas, y más. ¿Qué dice el banco de estos "inmensos riesgos" y "peligros reales", como les llama? Que no debemos alarmarnos, porque hay "igualmente grandes oportunidades".

Recuadro 1: Rascando la superficie

República Democrática del Congo. Proyecto de maíz: "La inversión desplazó a los cultivadores locales, los expulsó a un parque nacional donde los campesinos ahora pagan a los guardias para que los dejen cultivar en la reserva; otros campesinos se vieron forzados a reacomodarse a 50 kilómetros de distancia donde le rentan tierra a los pobladores locales. Los suelos con pocos minerales son muy susceptibles de erosión después de que se despeja la biomasa. No se requieren estudios de impacto ambiental..."

Liberia. Proyecto de arroz: " Los problemas económicos ocasionaron que los inversionistas busquen los fértiles humedales, en contravención a los acuerdos alcanzados con la comunidad (que no pudieron ponerse en efecto). Esto desplazó al 30 por ciento de la población local. No hay compensación para quienes perdieron sus derechos. Fueron creados 400 empleos de tiempo completo para trabajadores no calificados (casi todos excombatientes) pero hay preocupación de que se contrate a extranjeros que están dispuestos a trabajar por salarios menores. El resultado es la deforestación, y ya se desecaron 50 hectáreas de pantano en el primer año de operaciones".

Liberia. Concesión maderera (un ejemplo de "pacto social"): "El acuerdo social claramente especifica pago de renta y reparto de beneficios con el gobierno, pero no se respeta  la prohibición de que los inversionistas   interfieran con los usos consuetudinarios de buena fe  de la madera y otros productos forestales

Mozambique. Caña de azúcar: "Sólo entre 35-40 [personas] fueron empleadas de tiempo completo, y unas 30 sobre una base estacional [pese a la promesa del inversionista de proporcionar 2 650 empleos]. [?]  la población local pierde acceso a la leña, carne de cacería y pescado. El inversionista usa las existencias locales de agua y los caminos sin dar compensación alguna, lo que afecta a las mujeres que juntan agua. La evaluación de impacto ambiental encontró los potenciales impactos negativos de los agroquímicos en el suelo, el aire, el agua, y recomendó medidas de mitigación. Se sufre también el impacto negativo de la deforestación para producir caña".

Tanzania. Ganado y jatropha: "Es una empresa conjunta entre las compañías holandesas y de Tanzania; la tierra pertenece a cuatro poblados, que aún deben aprobar la transferencia a los inversionistas. Sólo un poblado ofreció ya otorgar sus derechos agrarios. Los inversionistas quieren alquilar la tierra directamente  de los poblados locales, lo que viola una ley agraria de las comunidades. Es potencialmente negativo el impacto para las comunidades de pastores, por el acceso a pastos, leña y agua. No se han cuantificado los beneficios que traerá el empleo.

Zambia. Cultivos de exportación: "Hay temor de desplazamiento potencial entre la gente local. Estas potenciales expulsiones, la pérdida de productos forestales, incluidos algunos gusanos comestibles. Tierras forestales de miombo, intactas, serían impactadas negativamente por la destrucción del bosque para cultivar y habría un efecto ambiental negativo al destruir el bosque para construir carreteras y represas, con una erosión del suelo relacionada".

Fuente: Banco Mundial: "Rising global interest in farmland", Appendix tabla 2, pp 106-108

Lo que el informe no dice

Gran parte del informe es puro humo y espejos al hablar del potencial para la producción agrícola, y no de "una fiebre global por tierras" como se le llamaba previamente.5 Le nubla la mente a los lectores con datos y cifras acerca de brechas en rendimientos y uso de la tierra, y de cómo la productividad puede incrementarse con investigación y tecnologías innovadoras. Nos apabullan con un concentrado de mapas y cuadros de zonas agroecológicas que no dicen mucho excepto que el mayor potencial para producir alimentos parece estar localizado.

Cualquiera que mire más allá del efecto del humo y los espejos puede ver que el informe es más significativo por lo que no dice que por lo que sí muestra. Si el Banco Mundial hubiera querido arrojar luz sobre esta nueva tendencia de inversiones por lo menos habría descorrido la cortina para que pudiéramos ver a los inversionistas. ¿Quiénes son ellos? ¿Qué es lo que buscan? ¿Qué tanto de los flujos de inversión son privados y qué tanto son públicos? Sin este tipo de información, no podemos emprender muchos análisis. Por ejemplo, hemos escuchado a las compañías decir en numerosas ocasiones que sus inversiones no tienen nada que ver con la "seguridad alimentaria" -que se trata de negocios, simple y llanamente. Habría sido más útil sopesar con exactitud quiénes están involucrados y cuáles son sus propósitos sin las fantasías con que adornan el asunto.

De hecho, a principios de este año, el Banco Mundial compartió alguna información de este tipo cuando identificó, para la Plataforma Global de Donantes para el Desarrollo Rural [una red de 34 donantes bilaterales y multilaterales e instituciones internacionales de financiamiento], los países más señalados como objetivo de estos tratos de acaparamiento de tierras y los principales países de origen de los inversionistas entre 2008 y 2009 (ver tabla 1). Pero en su informe final, el Banco decidió no dar nombres, lo que hace que todo mundo especule sobre las razones para no proporcionarlos.

Tabla1

Esto no es todo lo que el BM dejó fuera del informe. "El velo de misterio que con frecuencia rodea estos acuerdos comerciales de tierra debe levantarse para que la gente pobre no tenga que pagar el enorme precio de perder su tierra", declaró Ngozi Okonjo-Iweala, director administrativo del Banco Mundial, al dar a conocer el estudio. Es verdad. Y bien podría haber puesto a disposición del público todos los contratos y los acuerdos entre Estados e inversionistas que el equipo de investigación del BM tuvo oportunidad de conocer en el curso de su investigación. Las comunidades necesitan tener acceso a los términos reales de estos tratos comerciales para poder juzgar por sí mismas. No será suficiente la propaganda de las corporaciones y los gobiernos. No obstante es muy difícil tener acceso a estos documentos. Si el Banco Mundial en verdad quisiera descorrer el velo de misterio, debería comenzar por divulgar estos documentos legales y hacerlos accesibles al dominio público. Estaríamos gustosos de darles cabida en farmlandgrab.org y ayudar garantizando que se tradujeran a los lenguajes locales.

Otro asunto del que el informe calla es el profundo involucramiento del Banco Mundial en estos tratos comerciales. Por décadas, el Banco ha sido un activo promotor de aproximaciones de mercado al manejo de la tierra mediante mecanismos de préstamo y políticas públicas afines. Esto significa la privatización de los derechos agrarios, al convertir el derecho ancestral en títulos mercantilizables, al retirarse el Estado y al efectuarse las reformas legales necesarias para que funcionen los mercados agrarios al estilo occidental. Si el Banco ahora dice que tantos países, en especial en África, están "mal equipados" para lidiar con el "repentino flujo de intereses" por parte de los inversionistas en tierras de cultivo, entonces ¿qué tan buenas fueron los servicios de consultoría y las políticas que implementó el Banco durante los últimos treinta años?[6]

 

El director ejecutivo de Chayton, Neil Crowder y la ejecutiva de MIGA, VP Izumi Kobayashi firmando una garantía para las inversiones de Chayton en tierra agrícola en Zambia y Botswana, junio de 2010. Crowder, claramente orgulloso del acuerdo, se describe como un "ciudadano estadounidense bien educado que hace cuatro años no habría sido capaz de hallar Zambia en un mapa.

 

De un modo más directo, el brazo de inversiones comerciales del Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional, es un organismo de inversión importante en numerosas firmas de acciones privadas que están comprando derechos a tierras de cultivo mientras la Agencia Multilateral de Garantía de las Inversiones (conocida como MIGA por sus siglas en inglés), proporciona seguros contra riesgos políticos a los proyectos de acaparamiento de tierras (ver Tabla 2). MIGA, por ejemplo, ha puesto hasta 50 millones de dólares, para cubrir las inversiones de 300 millones de dólares de Chayton Capital en Zambia y Botswana. Para otras firmas, como el fondo de cobertura británico SilverStreet capital, ha sido crucial el papel de protección a las inversiones en tierra de cultivo proporcionado por MIGA. Si surgen los problemas, "ustedes contarán con el banco Mundial de su lado", según lo pone Gary Vaughan-Smith, jefe de inversiones en SilverStreet.[7] MIGA, como la CFI, es una agencia con fines de lucro, con la misión de promover inversiones rentables en agronegocios situados en países en desarrollo para sus accionistas. Dados los múltiples intereses que poseen en los tratos comerciales en tierras de cultivo, no sorprende que el Banco promueva éstos pese a las tremendas realidades que uno encuentra en el terreno.

Tabla 2: Ejemplos del apoyo que brinda el Banco Mundial vía CFI y MIGA a quienes invierten en tierras de cultivo

Altima One World Agriculture Fund (EUA)

Altima One World Agriculture Fund, registrado en las islas Cayman, fue creado por el fondo de cobertura Altima Partners para invertir en tierra de cultivo en Sudamérica, Europa central y del Este, y en el África subsahariana. En 2009, la CFI hizo una inversión de acciones equivalentes a 75 millones de dólares en el Fondo. Uno de los ejecutivos principales de Altima dice que el Fondo busca crear "la primera Exxon Mobile del sector agrícola".

Chayton Atlas Agriculture Company (Reino Unido)

Chayton es una firma de acciones privadas con sede en el Reino Unido que invierte en tierras de cultivo en el sur de África. En 2010, MIGA firmó un contrato con Chayton para proporcionarle hasta 50 millones de dólares en seguros contra riesgos políticos para el desarrollo de proyectos agrícolas en Zambia y Botswana. Su director ejecutivo, que anteriormente trabajaba en Goldman Sachs, dice que su objetivo es  "alimentar África".

Citadel Capital (Egipto)

En 2009, la CFI invirtió 25 millones en el fondo de Citadel para Medio Oriente y el Norte de África, el cual está invirtiendo en proyectos agrícolas. Citadel, uno de los mayores fondos accionarios de inversión privada en África busca invertir en tierras de cultivo en Egipto, Sudán, Tanzania, Kenya y Uganda.

Mriya Agro Holding (Ucrania)

Mriya, que está incorporada en Chipre y está en la lista de la bolsa de valores de Frankfurt, es la séptima operadora de tierras agrícolas en Ucrania. En 2010, CFI le proporcionó 75 millones de dólares a Mriya en acciones y préstamos a la compañía para que incrementara sus propiedades agrarias a 165 mil hectáreas.

Sena Group (Mauricio) / Tereos (Francia)

En 2001, MIGA le proporcionó 65 millones de dólares en seguros contra riesgos políticos a un consorcio de inversionistas de Mauricio, conocido como el Grupo Sena para respaldar su adquisición  de una plantación de caña en Mozambique. La compañía también anunció que tenía la intención de expandir sus operaciones ganaderas de 1800 cabezas a 8 mil cabezas. Desde ese momento, la operación Sena fue tomada por Tereos, la multinacional francesa del azúcar.

SLC Agricola (Brasil)

SLC, una sociedad anónima abierta y que en parte es  propiedad de inversionistas extranjeros, como el Deutsche Bank, es uno de los terratenientes más grandes de Brasil,  y contaba con un banco de tierras de 117 mil hectáreas in 2008. In 2008, CFI proporcionó 40 millones de dólares en préstamos a largo plazo a SLC, lo que le permitió incrementar sus tierras a  más de 200 mil hectáreas.

Vision Brazil (Brasil)

Vision is una compañía de inversiones con más de 300 mil hectáreas en tierras de cultivo y otras 400 mil en "opciones". En 2008, CFI le dio a Vision 27 millones de dólares de financiamiento en valores.

 

El resultado final

El resultado final es que existe una gran desconexión entre lo que el Banco Mundial dice, lo que está ocurriendo en el terreno y lo que en verdad se necesita. Ahora mismo, numerosos gobiernos y organizaciones de la sociedad civil llaman a ponerle freno, de una forma o de otra, a estos acuerdos. Australia, Argentina, Brasil, Nueva Zelanda y Uruguay son apenas unos cuantos de los países que actualmente debaten si deben introducir restricciones, a los más altos niveles de su política pública, a los extranjeros que buscan la propiedad de tierras agrícolas. Egipto es un país que intenta ser más estricto en mantener en manos de inversionistas nacionales los nuevos programas de inversión en tierras de cultivo. Mucho de esto, la parte no xenófoba, es o podría ser, el establecimiento de nuevas formas o expresiones de soberanía sobre la tierra, el agua y los alimentos en un momento en que hay tremendas presiones sobre los tres. Y muchas organizaciones campesinas, académicos, grupos de derechos humanos, redes de ONG y movimientos sociales claman por toda suerte de moratorias o prohibiciones o frenos a estos acaparamientos de tierra. Entre tanto, el hambre de los inversionistas privados en busca de tratos comerciales sobre tierras agrícolas prolifera. Un grupo de antiguos comerciantes de Cargill, por ejemplo, acaba de lanzar un fondo de mil millones de dólares que busca comprar tierra de cultivo en Australia, Brasil y Uruguay.[8]

El Banco Mundial ha mostrado que no es un árbitro confiable o un manantial de buenas ideas sobre las cuales avanzar. Qué lástima que constatar esto le llevó tanto tiempo a las agencias a las agencias que se les comisionó ese estudio y costó tanto del dinero de los contribuyentes.

Para profundizar

 

[1] Banco Mundial, “Rising Global Interest in Farmland: can it yield Sustainable and equitable Benefits?”, Washington, DC, septiembre de 2010. http://www.donorplatform.org/component/option,com_docman/task,doc_view/gid,1505. Una semana después de su lanzamiento, el Banco decidió publicar traducciones del resumen ejecutivo en castellano y francés.

[2] En las páginas 33-35 y 38 del informe hay una explicación de su metodología.

[3] Ibid, p 36.

[4] Ibid, p 51.

[5] Ver Javier Blas, “World Bank Warns on 'Farmland Grab’ Trend”, Financial Times, 27 de julio de 2010, http://www.ft.com/cms/s/0/62890172-99a8-11df-a852-00144feab49a.html and John W Miller, “World Bank Land Grab Report Under Fire”, The Wall Street Journal, 29 de julio de 2010, http://blogs.wsj.com/brussels/2010/07/29/world-bank-land-grab-report-under-fire/tab/print/

[6] Ver Banco Mundial, op cit, p 91.

[7] Drew Carter, "Fertile ground for investment", Pensions & Investments, 19 abril de 2010, http://farmlandgrab.org/12218. La cita de Crowder en el pie de foto es de Edward West, “Africa: Agri-projects at ‘unprecedented’ levels”, Business Day (Sudáfrica), 1 de septiembre de 2010, http://allafrica.com/stories/201009010190.html [8] Barani Krishnan, "Galtere says raising $1 bln agribusiness fund", Reuters, 1 de septiembre de 2010, http://uk.reuters.com/article/idUKN0113842720100901
  •   GRAIN
  • 17 September 2010
  • Sign the petition to stop Industria Chiquibul's violence against communities in Guatemala!
  • Who's involved?

    Whos Involved?


  • 13 May 2024 - Washington DC
    World Bank Land Conference 2024
  • Languages



    Special content



    Archives


    Latest posts